CONFESIONES

Tienes fuego en los ojos y tus dientes son como manos en la boca
derramas  aplastas
matas todo
no te das cuenta
eres un toro maldito
enredado  oscuro
diamantado pelo a pelo como firmamento tendido al mar
un imán para mi cuerpo eres         yo no sé decir otra cosa que rosarios
no sé decir más que pájaros blancos injurias para tus labios
amarte a estas alturas es lanzarse  a un pozo de cabeza  con las manitas atadas
nada salva el enjambre de besos que has sembrado en mi pecho
mi sangre azul es sal por ti
como un mar al que hay que salvar de sus peces de su locura abrazada en algas

tengo  pies que se  hunden en la arena entre cangrejos
mis pies saben que  eres un maldito toro de mar
mi lengua sabe de tus tinieblas de toro
mis pechos saben de tus pezuñas de toro
mis ojos saben de tu luz toro
mis células saben de la bravísima baba que sale de tu boca
cuando  el mar se ha estrellado en las rodillas de un caído
crees que todo te pertenece que todo es tuyo que mereces
cuanto tocas miras o matas te sientes el invencible el macabro
el perrón de la ciudad el que todo lo salva
querido el puesto de omnipotente ya está ocupado.

LA PURA VERDAD

Uno promete y ama tantas cosas a la vez
que un buen día la memoria se vuelve blanca sábana enredada en la cabeza
hice tantas promesas
hablé tanto
dije tanto
mentí  tanto
prometí  mirarlo en la ciudad
monstruo  de siete cabezas dije que le tomaría
la mano bajo un sol pintado en humo
dije agua sin conocer el agua
y dije arteria por decir algo en sangre

Hablé tanto en mis noches de piedra
bajo una luz de lámpara
no sé si él se lo creyó
no sé si sabía desde siempre
que mi alma es tan negra
como tizna noche y él se lo calló
se lo guardó porque mis ojos fueron más que esa verdad a leguas clara
mis ojos pudieron más al mirarlo
entonces no soy culpable
linda y bella sí
pero no culpable
He dicho que uno promete tantas cosas a la vez
que de pronto todo es blanco
y él se lo creyó
punto por punto letra a letra
no reproches nada David no digas nada  a ésta ojos de sol
cierra la ventana no ocupas mis manos para sellar
algo que tú mismo abriste
no puedo tapar el pozo que mis ojos rayo han abierto en tu casa
parcha todo y pinta amarillo tu pared
que sea luz un punto brillante en ciudad
que sea lo que fui en mis mentiras y certeza que tus ojos
tú sexo saborearon la noche en que me di toda en sangre
y esa quizá sea la pura verdad de esta historia.
LAS HORAS

Las horas se derraman en vasos y cenizas
Se ha puesto una mesa sólo para un alma
junto a  un cuerpo molido a tablas a sol a vientos como
vidrios en una bolsa plástica
me he despertado a mitad de la noche las llorosas sirenas anuncian
terribles hechos no puedo evitar extrañarte
pensar que eres por quien van
que eres el muerto
el herido
el golpeado
yo no sé de ti en la vida por ejemplo
no sé de tus manos o tu boca tocando ya la almohada
o el calor de otro cuerpo
no sé de tus pensamientos cuando duermes
y si sueñas qué sueñas
y a mitad de la noche
viene esta angustia con velo negro y corazón apretado entre mis pechos
que me taladra la mente
la cabeza
hasta el fondo
yo te extraño ajeno para mi sed
eres un reloj colgado a mi frente girando redondo girando
no hay más que  compartirte mis horas
después de todo te soy la desconocida perfecta
esa que atiende tus necesidades  entre ellas las de cama.

ÉL TIENE LA MIRADA

Él tiene en la mirada
la mirada de otra que quiero borrar
y no se deja
persiste como hambre de perro en la calle
encajada y eterna como un latir de espinas para la mano
yo la quiero  borrar porque ella no hace otra cosa que romper mi cara
yo me tallo el rostro con perfume después de lavarme a las seis
me canto las canciones más alegres pero mi alma es más negra que un pozo
yo la quiero desaparecer
te sacaré los ojos porque la otra vive en tu otra mirada
y yo la otra la que habita en esta casa
y a no más pasos a nada ya no más risita salva vidas ya no más
despertar y buenos días
ya no más y ella y tú y yo viviendo bajo el mismo mundo
bajo un sol que me lastima a luz
ya no tus pasos y mi virginidad perdida
ya no tus gestos para un agosto maldito
amándote a los cuatro puntos
tan desesperadamente
que olvido respirar
y olvido ser señora carita de rosa que va loca
buscándote en esos lugares que quieres y que recoges tan cuidadosamente
como maíz para tu ave
ya no más mi esqueleto en electricidad tras tu esqueleto volátil
Ya no hambre con mirada de otra en otra que no desaparece a pesar de maldecirla
hasta en el blanco de mis dientes
ya no más apariciones inesperadas en soriana
yo te dejé bien enterrado y muerto y enterrado de nuevo
hasta la piedra  volcánica de mi cuerpo
para que hoy vengas a mi otra vida  con la otra en tu mirada
a decirme que has vuelto por ti.

 


Magdalena Orozco Rodríguez (22 de mayo de 1980, Guadalajara, Jalisco). Licenciada en Filosofía.  Autora del poemario La Otra Bruja Escribe, editado por la secretaría de Cultura del Gobierno de Colima. Becaria en el año 2010, en el área de Literatura. Ha escrito en la revista Tierra Adentro y en diversos medios locales y nacionales. Actualmente es docente en la Universidad de Colima.