Cementerio de plumas
Se equivocó la paloma,
terminó su vuelo
en una película de horror,
temblor de bombas
que queman la yerba.
El desierto vomita
trozos de carnes.
Las pocas flores huelen
a tierra quemada.
Con la bandera de la libertad
negada,
los ojos de los niños
saludan las tinieblas
y se secan las heridas.
En las mezcla de tierras
y de historias sufridas,
crecen semillas de odio.
Se oyen estruendos
y la franja de vida es reducida
a sepulcro lleno
de lúcida desesperación.
Se pierden los nombres,
se pierde la razón,
con la inocencia asesinada a Gaza.
La paloma equivocada, pasa
y chilla «NO» a la masacre
«NO» al gusano y a los ojos comidos.
Oh, paloma sin mancha!
Te moja el llanto estremecido.
Las armas cargadas en el mundo
llegan a Israel continuamente,
la locura de la gente
hará de tu cuerpo
un cementerio de plumas.
Extranjera
Llena de sangre nació,
con pocos versos llorados
se anunció,
en un barco lleno
de ojos desesperados,
donde la idea de la vida
casi escapaba.
Nació para sazonar
con su presencia extranjera
la quimera
de una vida mejor.
Nació entre medusas,
en el mar de Lampedusa,
acorralada de mariposas eléctricas
que devoraban las carroñas
de cuerpos que soñaban
tocar tierra, antes de ahogarse.
Nació ya grande, para salvarse
y salvar el corazón de Àfrica continental.
En su sonrisa natural
se ve como sonríe a la vida,
con movimiento soberano,
llega y llama a los blancos «hermanos» ,
con su negrada oliente a cebolla frita.
Si la oyes, oyes en su sonrisa infinita
el vudú de tambores
y en sus ojos, reflejados,
se ven los colores
de la sangre derramada
por el sabor de libertad.
Laboratorio de Wuhan
Dicen que en el laboratorio de Wuhan
se cultivan extrañisimos microbios,
venenos biológicos,
alexitarias desconocidas,
virus de epidemias muy antiguas,
de pestes florecidas,
fermentaciones de especies putrefactivas,
bulbos teratológicos de tiniebras siniestras,
con ejecuciones bien en vista.
Dicen que en el laboratorio de Wuhan
germinan virus de maldad imprevista,
de bajezas y miseria presente.
Dicen que la senda gibosa
que hinca la mente
es un agujero negro que arrastra
avideces, histerismos, perversiones,
estropeos arlequinados
de la naturaleza humana,
brutalmente penetrada
en un charco
de conciencias palurdas que anuncian
un nuevo modo de vivir el mundo.
Vida chata sin estatua de protesta,
sin pensamiento profundo,
vida de sueños abortados,
de verguenza reprimidas,
donde se añora el pasado.
Dicen que en el laboratorio de Wuhan
se mata el alba
y se reparten sombras
sobre todas las cosas,
contaminación, aire estancado
sin una brecha de claridad de pájaros.
La gente dice disparates,
hacen ruidos extraños,
escriben libros que no revelan
la apéndice repugnante,
hablan de todo sin saber nada,
la lengua es un arma afilada
que no habla
del camino colonial del capitalismo,
donde el hombre y el polvo
valen lo mismo que una playa
con sus montones de basura, pudriéndose
en la fúnebre arena que castiga,
como un relámpago que fulmina una espiga.
Yuleisy Cruz Lezcano (Italia). Escritora italiana de origen cubano. Ha publicado más de 16 libros de poesía y narrativa; entre ellos destacan: Demamah: il signore del deserto – Demamah: el señor del desierto, Inventario delle cose perdute y Tristano e Isotta. La storia si ripete. Ha recibido numerosos premios literarios.