OSYRYZ


Tiempo diluido en las lágrimas guardianas.
En lo alto de la cúspide:
Horus busca la perdida luz de Osiris.
Tiempo que se debate en las bestias que pelean en lo alto de los cielos.

Truenos que rompen los velos de la esfera azul,
las pirámides encierran a las gigantescas aves,
el diluvio se derrama al sur de la extinta Yandra.

Nadie sale vivo de aquí, nadie del cielo escapa.

La muerte y la vida se unen en una boda química,
secretas formulaciones que ven hacia la cara oculta del dios;
quedando petrificadas o quemadas,
con la máscara de los cielos en rojo vivo.

REVOLUCIONES


Cien Mil siglos han rodado:
Transportándose entre los amurallados fuegos del mundo.
Mundo enfurecido, extasiando en sus manos el abismo profundo…….                                  Los seres alados,
han contemplado la caída de los Imperios,       

cuando de la nada en los archipiélagos,
hay bestiales creaciones hundidas,
en las placas tectónicas,
cimbrando las ciudades en los círculos polares.                                                                   

Bajo las manos del dios Hurikan,
el destino de la aniquilación,
se escribía en los truenos cegadores.
Lo que el dedo del dios pintaba:
Era Creta pulverizada entre laberintos.
Era Troya aniquilada bajo el signo del caballo alado.
Era Tenochtitlán devorada por un mar de cuerpos decapitados.
Era Cartago tragada por la boca del Mar Mediterráneo.
Era Heliópolis invadida por los pies de los rostros de arena.
Era Persépolis invadida por las tormentas del desierto escarlata.

Cien mil siglos han rodado,

 han rodado,

han rodado cien mil siglos

entre revoluciones psíquicas y biológicas.

ELEMENTO DIONISÍACO


Te acordaras cuando el atardecer,
caía en nuestros labios,
para que no nos condenaran de esta manera,
nos besábamos ante el firmamento del cielo azul.
Estrechábamos en nuestras manos,
laberintos inconcebibles,
que ardían en contra de la cabeza de Cronos.
Parecíamos detener las murallas del Cielo y del Océano.
En lo alto se volvía difusa la niebla.
Era algo especial, era algo increíble,
aunque ahora el dolor,
nos hace flotar sobre las ruinas del tiempo.

¡Maldición, Dios, que le hemos hecho al mundo!
Para que nos separaran del corazón azul del océano.
Afrodita de plata, Rostro lleno de lágrimas de Oro,  

quizá sea aquí o en otro lugar,
pero, por favor que este incendio de amor,
no resuene en lo calcinado por el sol.


La Despedida se abisma entre el Cielo y el Océano.                                                            

Tus negros ojos me dan una cómplice advertencia,                                              

que a lo mejor no concluimos este drama,
en la destejida trama de otra vida pasada.

 

VIERNES AZUL


Nunca imagine que el placer de la Delicia,   

estaba en tus labios de Oro-fuego,
que al besarlos, hacía que me confundiera,
con el centelleo de tus ojos negros,
que me decían que el amor,
podría probarlo en tu corazón y entre tus piernas.


¿Alas guardianas de Venus ascienden al trono de Júpiter?
Nos rodeaban los espejos del tiempo.
Leerás mis movimientos como libros que no serán desechados.
Los problemas de a diario,
han hecho que mi corazón,
a veces sea destrozado.
Las ciudades en aquel tiempo,
no eran controladas por la Anarquía y la Sinarquía.
Leerás mis besos en tus labios,                                                                                 

como libros que no serán desechados,
en un Viernes Azul,
en el que camino de espaldas,
sobre las llamas de tu enigma.
Leerás mis besos en tus labios,
como libros que no serán desechados.

Nunca imagine que el placer de la Delicia,
estaba en tus labios de Oro-fuego,
que al besarlos, hacía que me confundiera,
con el centelleo de tus ojos negros,
que me decían que el amor,
podría probarlo en tu corazón y entre tus piernas.



Jesús Rodríguez (México) participante en el Taller de Poesía en Voz Alta organizado por Casa de la Cultura y las Artes José Emilio Pacheco en Tlalnepantla y en concursos de Slam poetry en Ciudad Univesitaria.