No somos posmodernistas, nomás pospendejos. Queremos que todo sea tan chido que en el intento de ser lo desbaratamos para después pegarlo, buscamos nombres nuevos para nombrar las cosas de siempre, cambiamos las clases por los niveles, proponemos problemas para resolver problemas y cambiamos todo para seguir igual.

Y entre tanta confusión ya hay guerra fría (segunda parte) y países que en lugar de defenderse se reparten y en lugar de repartirse se fragmentan y en lugar de fragmentarse se deshacen y en lugar de deshacerse se desarticulan y en lugar de desarticularse se articulan en lo absurdo ¿quieres que te cojan o que te frieguen? todo es sinónimo de nada, pensamos para no pensar, la pereza intelectual es un aleluya y bienaventurados los que ven porque ellos pueden cerrar los ojos.

Adoptamos la identidad kitsch porque nos cansamos de la búsqueda, todo está bien chido o mega wow. Las lineas se han borrado, somos libres (marca Acme), compramos lo que se vende, todas las opciones son aceptables, diséñame un cerebro con ofertas de medianoche, no hay pex, no hay nada, no hay todo, somos pos(bien)pendejos.

Y no damos nada a cambio.