Sofía Rei, cantante y compositora argentina radicada en New York, visitó nuestro país del 6 al 12 de septiembre a propósito del Festival Internacional Vocal “Jalisco Canta”. El festival, en su quinta emisión, se considera el único en Latinoamérica especializado en la música hecha a través de la voz humana y ofrece un programa diverso en estilos y actividades como talleres, clases magistrales, concursos, conferencias y conciertos. Es iniciativa de Jalisco Canta A. C. que dirige Ileana Güeche.

En un hotel cercano a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, tuve la oportunidad de conocer y convivir con grandes músicos. Sofía Rei fue quien más llamó mi atención por su sencillez y soltura al abordar al equipo de organización del que formé parte.

Buen día Sofía, en esta semana en “Jalisco Canta” hemos estado celebrando la voz a través de los distintos caminos de la música vocal, se han compartido vivencias con diversas agrupaciones y personalidades invitadas, estuviste también dentro del Jurado del Concurso de Ensambles Vocales y Coros ¿Cómo ha sido tu experiencia dentro del Festival?

S: Fue una experiencia muy linda porque muchas veces en festivales internacionales, viajando o de gira, uno no tiene la oportunidad de hacer lo que es más importante que es esto de compartir, de intercambiar, de conocer el trabajo de otra gente, de poder comunicarse, conectarse con otras personas que están en el medio de uno, o tal vez no, pero que justamente uno no conoce y eso fue lo lindo de “Jalisco Canta”. Durante una semana entera tuvimos oportunidad de compartir, primero con los miembros del jurado del concurso del que fui parte, con la gente que participó, con todos los coros, con los otros artistas que trajeron propuestas muy distintas, muy diversas. La dirección del festival hizo un excelente trabajo en generar un espectro bastante diverso dentro de lo que es lo vocal y representar una variedad de estilos que tal vez no es frecuente encontrar.

¿Consideras importante el aprendizaje de la música en la infancia? En tu caso, ¿de qué manera te influyó?

S: A mí me parece algo que es un plus. Es algo muy importante aunque uno no se dedique a la música. El aprendizaje de la música está comprobado que sirve para expandir una cantidad de conexiones cerebrales, lo que no sucede con el estudio de otras disciplinas. La música tiene un valor, como lenguaje, muy importante, aunque uno no fuera a dedicarse a eso profesionalmente. En el caso de los coros, por ejemplo, el tema de cantar y cantar en armonía con otras personas también tiene un valor muy importante, el hecho de ser parte de un equipo, el hecho de ser una pieza dentro de un todo, de que uno tiene que entender que cumple un rol importantísimo y al mismo tiempo que todos los demás cumplen un rol importantísimo y en el trabajo en equipo que tiene que ver también con la cuestión de movimiento de energía, es muy valioso. Eso debería ser algo a lo que todo mundo tenga acceso. Por otro lado, también el desarrollo de programas de este tipo en cualquier parte del mundo no requiere más que ganas y juntarse. No requiere instrumentos, no requiere financiamiento, no requiere nada, simplemente juntarse y cantar. Tiene un impacto muy profundo para todas las personas.

¿Para ti qué es la música, qué es lo que buscas expresar a través de ella?

S: Creo que es una herramienta de comunicación muy importante. Lo veo a través de la música que es lo que conozco, lo que siempre me impactó, me generó curiosidad y a lo que me dediqué. También porque creo que es una vía de comunicación que a mí me resultó así. Tal vez, no sé, podía haberme dedicado a la literatura o a muchas otras cosas pero la música siempre me resultó una vía muy directa, sobretodo la voz que es un instrumento tan directo que te queda sin ninguna interferencia y es eso, como una salida muy directa de lo que uno siente, de lo que piensa y en el caso de la composición, cada vez me voy acercando a poder decir lo que realmente quiero expresar y lo que estoy haciendo ahora, es un trabajo que tiene que ver con reconectar con la parte intuitiva de la persona, me parece que muchas veces nos imponemos ciertas cosas que tenemos que estudiar, ciertos caminos que tenemos que seguir, ciertas personas que son como gurús a los que no hay que cuestionar nada y volver a conectarse con esta intuición es algo que me está pasando y que estoy valorando mucho y estoy, digamos, tratando de no juzgar el resultado, tratando de no juzgar, decir, «ok, hoy hice una composición; ah, es muy sencilla; ah no es muy compleja; ah no es más folclórica; ah no, lo tira demasiado al mundo de la música electrónica, ah, es muy esto, muy lo otro…» No juzgar, ver qué se hace con eso y también producir, trabajar, hacer cosas y simplemente dejarlas salir a la superficie y ver qué pasa con eso.

¿En qué momento decidiste dedicar tu vida a la música? ¿Cuál fue la «señal»?

S: No sé si fue un momento en particular, como yo hago música desde muy chica, siempre fue parte de mi vida, siempre fue parte de lo que hacía y empecé a cantar profesionalmente a los nueve años. Tampoco fue una decisión mía cantar profesionalmente a esa edad, fue algo muy extraño en ese sentido, pero sí, al terminar el secundario creo que ahí fue un momento de decisión personal en donde yo estaba entre hacer una carrera de literatura porque escribía mucho y me gustaba mucho leer y escribía mucho; cuentos, historias cortas y estaba entre estas dos grandes vías. Durante un tiempo intenté hacer las dos cosas hasta que en un momento me di cuenta que me hacía falta el tiempo de práctica y me generaba más expectativas tener este tiempo disponible para darle toda mi energía a la música. Entonces cuando tenía más o menos diecisiete o dieciocho años, sí tomé la decisión de dejar todo lo demás y dedicarme a la música full time e intentar hacer una carrera con eso.

¿Quiénes son tus referencias musicales y por qué?

S: Bueno, son varios, uno podría ser Bobby McFerrin, aparte de que tiene un instrumento extraordinario, es una persona que tiene un concepto de la música con la que yo me identifico bastante, una persona que cree que la música es para todos, que tiene que incluir a todos, que ha desarrollado su instrumento técnicamente a niveles estratosféricos, que ha trabajado con gente que admiro muchísimo y de todos estilos y de distintas escenas musicales y que ha aprendido y ha absorbido desde música africana hasta música tradicional de los Estados Unidos, hasta el pop, la música brasilera, tiene una cantidad de géneros y que siempre, digamos, cuando yo lo escucho cantar, siempre está el juego y el disfrutar de la música y eso para mí es una gran inspiración y el hecho de que él haya desarrollado la capacidad de su instrumento como algo casi infinito, me parece muy interesante.

Otra persona que me viene a la mente es Björk, para mí también es una influencia muy grande porque encuentro que es una de las artistas de pop más originales que existen, creo que tiene un concepto de la estética superior. Me parece que con su voz, que es muy particular, ella logra generar matices y contrastes muy grandes a nivel expresivo y su música, por un lado muy sencilla y por otro muy compleja, tiene algo que es única, inimitable. Creo que ella consiguió ser muy fiel a sí misma, encontrar un lenguaje propio y eso para mí es valioso.

¿Qué te inspira al momento de crear?

S: Distintas cosas, puede aparecer un ritmo en una de ésas o por la calle uno escucha cosas y reacciona a eso. Creo que tiene que ver con una sintonía a la que uno tiene que estar dispuesto, un poco esto de la intuición es algo que funciona para la comunicación mucho pero no sólo está la inspiración, yo siempre estoy con mi celular, duermo con mi teléfono en modo avión y de pronto se me ocurre algo y entonces lo grabo y después si hay tiempo desarrollo todos estos extractos que voy grabando. También siempre estoy con un cuadernito con el que viajo a todos lados y se me van ocurriendo cosas y voy escribiendo, voy escribiendo, voy volcando ahí… de pronto esas cosas quedan en el cuaderno. Después terminan siendo parte de una canción o se convierten en una canción. Ahora, en mi venida para acá, por ejemplo, tuve la idea de abrir un concierto que tengo que hacer el martes que viene, en New York, en donde tengo que hacer un concierto sola y abrirlo con una copla y no tenía la copla y la encontré en algo que había escrito hace varios meses, encontré el principio y dije “esto es perfecto, esto es exactamente lo que yo estaba buscando”. Ahora entonces, con esa idea como semilla, terminé desarrollando toda la letra y después le encontré una melodía y ahora le encontré todo un arreglo y ya. Pero la inspiración del momento es una parte nada más y después sí es el desarrollo y sentarse a ver qué es lo que se va a hacer con esa inspiración.

Hablando de tu grupo ¿cómo interactúan cuando se reúnen a trabajar la música?

S: Normalmente yo sí llevo el material que se va a hacer, ya sea una obra mía o un arreglo, pero claro, la banda siempre tiene mucho que aportar en cuanto a la parte del arreglo también y a las texturas y a las ideas que se van gestando en torno a algo que yo traje. Mi último disco por ejemplo, lo trabajé mucho con mi bajista que se llama Jorge Roeder, un excelente músico peruano, muy creativo, también ya tiene un recorrido en la música clásica, en el jazz y tiene un interés por la música latinoamericana. Siento que nos entendemos bien y cuando yo no puedo resolver algo, él está considerando una u otra alternativa, le puede encontrar la solución a las cosas y es una persona con quien me gusta mucho trabajar. Claro, cada quién tiene otras experiencias musicales que aportan desde la parte sónica del proyecto y la parte de ritmos, texturas y montón de cosas para la música que estamos haciendo.

¿Qué consejo darías a los jóvenes que comienzan su carrera musical?

S: Aprovechar el tiempo que tienen, tal vez tienen más tiempo en sus manos para estudiar, investigar y explorar todo lo que se pueda, sin miedo. Y no perder nunca la intuición, por más que los maestros y aquellos que estén en ese rol, digamos, en una función de superioridad, en el sentido de poder abrir camino… siempre son guías, facilitadores pero no son las personas quienes tienen la última palabra. Lo que cada uno intuye, percibe, siente, es lo más importante, hay que guiarse más, yo creo, por esta intuición de qué es lo que uno tiene que hacer, de cuál es el camino de cada uno y no dejarse influir por el camino de los demás. Todo el mundo tiene que encontrar su propia forma de hacer las cosas, ningún escalafón, sobretodo en la música y en una carrera artística es tan cierto ¿no? Es como “ah, termino el secundario y entonces me voy a la universidad tal, cuando termine de ahí me mudo a… no sé, Michigan y cuando termine tengo que grabar un disco y después de que grabe el disco tengo…” Creo que nunca es así. Justamente, las cosas más interesantes suceden cuando las personas no siguen ese tipo de escalafones. En mi caso, por ejemplo, este interés que siempre tuve por la literatura y por escribir y también el hecho de que me interesaban un montón de estilos musicales, era algo que yo consideré un problema durante muchos años pero resultó siendo un plus, una bendición, entonces eso creo que hay que dejarlo ser, no preocuparse tanto por lo que uno cree que tiene que hacer, sino hacer y no pensar tanto en el resultado y dejarse llevar lo mejor posible por la intuición.

 

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Fotografía: Santiago Cué Borbolla

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